Habilidades humanas para hablar vs. tecnología de traducción: el inglés transforma mi mundo.
Tener un buen dominio del idioma inglés se considera una “necesidad” en el mundo moderno. Tanto en la vida personal como profesional, se requiere algún grado de uso y comprensión de este idioma si no eres hablante nativo. La razón es simple: el inglés es la tercera lengua más hablada en el planeta (para 2024) y se ha convertido en un terreno común, comunicativamente hablando, para interacciones en todos los contextos (turismo, educación, personal, negocios, romance…).
Dado que el inglés es una habilidad tan vital, es razonable buscar desarrollarla hasta alcanzar la fluidez. Sin embargo, hoy en día muchas personas que estudian o quieren estudiar inglés están teniendo dudas al respecto. La causa de esta vacilación proviene de lo que hace nuestras vidas más fáciles: la tecnología.
Con el auge y la expansión de la tecnología accesible, no pasó mucho tiempo para que los programadores y desarrolladores lanzaran herramientas de traducción en vivo. La inteligencia artificial (IA) es incluso capaz de tomar un video de una persona hablando inglés, y transformar la imagen, la voz y el sonido de esta persona para que parezca que están hablando en otro idioma.
Con todos estos avances, inevitablemente surge la pregunta: ¿Por qué debería molestarme en aprender inglés cuando la tecnología puede traducir por mí? La respuesta viene en varios contextos.
Independencia
La humanidad siempre ha buscado creaciones para hacer la vida más fácil, no para sustituir lo que nos hace humanos. La comunicación es parte de nuestra humanidad al igual que nuestro pensamiento superior; están entrelazados y uno es la vívida expresión del otro. La independencia que da hablar inglés sin la ayuda de una máquina no tiene precio, y los posibles escenarios de fallos tecnológicos son innumerables. La miríada de situaciones en las que tu independencia comunicacional puede marcar la diferencia va desde situaciones de vida o muerte hasta las circunstancias más hilarantes: Imagina tener una cita romántica con una persona extranjera y tener una máquina en medio de la conversación para poder comunicarte… ¡eso sí que arruina el romance!
Estatus
En el mundo de los negocios internacionales, la lengua común es el inglés. Tu estatus y tus oportunidades para desarrollar tu carrera se disparan al ser fluente. Muchas evaluaciones se pierden completamente por no tener dominio del inglés y algunos currículums ni siquiera son considerados por esta razón. Entre tus colegas, es importante proyectar una imagen independiente, actualizada y confiada en todas las reuniones, y el inglés tiene un gran papel en eso.
El cerebro bilingüe
La palabra "bilingüismo" a menudo se asocia con la capacidad de comunicarse en dos idiomas, pero en verdad, implica la capacidad de comunicarse en más de un idioma, en más de una cultura y en más de una forma de pensar.
La ciencia ha demostrado ampliamente los beneficios que hablar más de un idioma trae a las habilidades cognitivas. El primer beneficio es la mejora de la memoria. El cerebro funciona como los músculos: cuanto más lo ejercitas, mejor funciona; cuanto más ejercitas la memoria, mejor y más recuerdas.
Otro beneficio de ser bilingüe es el aumento de la capacidad para resolver problemas. Al entender otros idiomas y culturas, automáticamente tu mente tiene la capacidad de pensar fuera de la caja, lo que viene naturalmente, dándote una ventaja indudable. Los reclutadores son conscientes de este hecho, por eso prefieren contratar a una persona que hable inglés, incluso si no lo va a necesitar particularmente en sus tareas laborales.
La multitarea es una de las capacidades más apreciadas que se potencian con el bilingüismo. Tu mente es capaz de entender y procesar un conjunto de reglas y operaciones complejas simultáneamente cuando está en contextos multilingües. Esta capacidad se traduce en la habilidad de aplicar esta flexibilidad a otras situaciones sin quedarse atrapado en la confusión.
En el ámbito de los aspectos psicológicos de la comunicación, una máquina puede corregir probablemente mejor que tú las reglas de un idioma, pero nunca podrá captar con precisión la profundidad de tus emociones, intenciones y toda esa compilación de experiencias y sentimientos que pones en la elección de cada palabra y expresión que pronuncias. Por último, al hablar inglés, te abres a un mundo más amplio rebosante de experiencias, puntos de vista, diversidad, conocimiento, etc. Por lo tanto, ¿qué esperas para concederte el regalo del inglés?